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Es la segunda vez que visito el Zielo, tenía ganas de volver. El Zielo es un restaurante situado en la calle Virgen del Camino 2, en pleno barrio de La Palomera. Desde que abrió, este restaurante ha tenido mucho éxito. Justo al lado han creado un nuevo espacio llamado El Conejo Calabaza, con la misma carta y misma filosofía.
El Restaurante
Lo primero que llama la atención de este bonito restaurante es su cuidada decoración. Con un aspecto totalmente vintage han sabido crear un lugar con un ambiente muy especial que sin duda resulta muy vistoso.
Se puede ver en las fotos como la decoración está muy cuidada ¿Qué te parece?
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Es un sitio realmente bonito que nos gusta mucho, cada rincón, cada detalle, está cuidado al máximo.
Los platos
Como ya he dicho, esta era la segunda vez que veníamos, así que esperábamos que todo fuera como en la primera ocasión. Por desgracia no fue así. De primero pedimos unos nachos carnívoros.
Esperábamos que los nachos fueran como la primera vez que los probamos, pero no fue así. No estaban mal, pero no eran excepcionales como los de la primera vez. Tenían bastante queso y poca carne. Nos llevamos una pequeña decepción, no obstante estaban bastante ricos.
De segundo pedimos la ensalada de burrata. Según su carta, esta ensalada lleva varias lechugas, manzana, pistachos, avellana, grosellas, arándanos, queso de burrata, cebolla crujiente y tomatitos cherry.
La verdad es que costaba encontrar la mayoría de los ingredientes, no encontré los pistachos, ni los arándanos, ni la cebolla crujiente, ni la manzana, ni la avellana. Algo debía haber, de vez en cuando se podía morder algo crujiente. Las grosellas eran dos ramitas como la que se ve en la foto. Esta ensalada dista mucho de la que aparece en su propia web.
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Por lo demás, la ensalada no estaba mal, aunque me hubiera gustado percibir los sabores de todos sus ingredientes.
Para terminar pedimos un par de postres. Tiramisú Tres Texturas y Banoffe Pie.
El tiramisú era un postre de lo más original:
Como se puede ver la presentación del postre era espectacular. Tres texturas bien diferenciadas y dispuestas de una manera muy original, aunque por poco me como hasta los granos de café. Todo estaba muy dulce, la verdad es que este postre me gustó y me sorprendió, aunque llenaba muchísimo.
El Banoffe Pie:
Este postre está hecho con dulce de leche, plátano, galleta y nata casera. Es tremendamente dulce y no estaba mal, quizás un poco empalagoso para mi gusto, no soy muy amigo del dulce. Me resultó bastante sorprendente también.
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La atención y el precio
Nos atendió un chico muy agradable, no tengo ninguna queja al respecto. No tuvo problema en explicarnos todo aquello que queríamos saber, y se preocupó por preguntarnos si nos habían gustado los platos. Todo correcto. En cuanto al precio, nos pareció bastante normal, 47€ con el vino rioja incluído no me parece demasiado caro. Quizás la ensalada, de 15€, si me parece un poco cara, sobre todo teniendo en cuenta que costaba encontrar todos los ingredientes que indican en su carta.
Los platos tenían un buen tamaño, no podemos decir que nos quedáramos con hambre, sobre todo después del contundente postre.
Resumen
El Zielo tiene una carta de lo más apetecible, pero creo que no acertamos con la elección de los nachos, los recordábamos mejores. No obstante las críticas vistas en Google o Tripadvisor son mayormente buenas, así que supongo que mi pequeña decepción sea un caso aislado. De todos modos sí que es posible ver en Google Maps, algunas personas que opinan lo mismo que yo, que antes la comida era mejor. Es una pena que se descuiden de este modo, espero que se den cuenta de sus pequeños errores.
En Tripadvisor también tienen alguna crítica mala, aunque mayormente son buenas. Creo que lo mejor es que cada uno haga su propia valoración, por lo tanto recomiendo una visita al Zielo, o al Conejo Calabaza.
Otro detalle que no me gusta de este restaurante es que creo que no aceptan reservas para dos personas, hemos intentado llamar en multitud de ocasiones y siempre nos dicen que está todo completo, sin embargo hemos ido un par de veces sin llamar, y nos ofrecen un sitio en unas sillas altas un poco incómodas. Son pequeños detalles que hacen que seguramente no vuelva a comer allí.
También me encontré con un baño un poco descuidado.
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