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El restaurante
Un domingo decidimos acercarnos a este restaurante, está situado justo detrás de la Colegiata de San Isidoro y pertenece al mismo edificio (plaza Santo Martino). El emplazamiento es inmejorable, un restaurante en un edificio de estas características me parece una idea estupenda. La decoración es realmente agradable y acogedora, para disfrutarla recomiendo reservar mesa.
Los platos
De primero pedimos un arroz negro con chipirones y navajas, nos resultó delicioso, un sabor casero que recomiendo probar a todo el mundo:
De segundo yo pedí un solomillo de cerdo que me pareció impresionante, nunca había comido una carne de cerdo tan bien cocinada y aprovechada:
Mi novia pidió lomos de cabracho con bacon, personalmente me gustó mucho, aunque nos dimos cuenta de que el pescado había que comerlo junto con toda la guarnición ya que si no perdía un poco la gracia:
Los nombres de los postres no los recuerdo, el primero tenia frutos rojos y nata, y el segundo flan de café. El mió, el de los frutos rojos, me resultó demasiado dulce y el de mi novia estaba realmente rico, me gustó mucho más:
Para terminar en el menú (de 20€) nos sirvieron los cafés y nos ofrecieron unos chupitos. No me queda otra opción que recomendar este restaurante, había oído buenas críticas de él y fueron acertadas. No tiene comida a la carta, solo menú del día, el vino que nos ofrecieron con el menú era un Rioja joven.