Restaurante Serrano

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Aún recuerdo hace años…, cuando comía a diario mi menú del día en el restaurante Serrano de Astorga. Era el mejor momento del día, el más esperado, y mis únicos momentos de desconexión en mi ruta diaria. Hace mucho tiempo de eso, y desde entonces, siempre he querido volver a comer en el Serrano.

Por fin he podido cumplir este pequeño sueño gracias a mi incansable acompañante. Mientras degustábamos una excelente comida me venían recuerdos de antaño, algunos con detalles amargos, y otros no tanto.

Pero no me quiero poner demasiado sentimental, aquí se habla de comida, y eso es precisamente lo que voy a empezar a contaros.

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El Restaurante

Apenas me acordaba de cómo era el Serrano, recuerdo que me sentaba muy cerca de la entrada, en la primera o segunda mesa, así que no me atrevo a decir si ha cambiado mucho o si sigue igual. De lo que si estoy casi seguro, es de que tienen al menos un comedor más, con un aspecto más moderno.

La decoración del salón donde comimos era espectacular, con multitud de detalles por todos los lados de estilo rústico.

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Algo que merece una especial mención es su baño, me pareció uno de los más bonitos y limpios que he visto jamás. Incluso tenían cepillos de dientes y toallas oshibori. Aquí daba gusto en entrar, aunque te podías llevar un pequeño susto, ya que se trata de baños mixtos.

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Lástima que en la foto no se pueda apreciar todo, es mejor hacer una visita.

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La Comida

La comida del Serrano es realmente sorprendente. En el menú tenemos una buena cantidad de opciones para todos los gustos, así como una selección de platos de la casa que tienen una pinta estupenda.

Antes de empezar nos pusieron un curioso aperitivo, paté de boletus. Todo un detallazo, además estaba espectacular. Lástima que nos lo retiraran antes de terminarlo… ?

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Paté de Boletus

Después de ojear la carta nos decantamos por pedir una ración para compartir y otro plato para cada uno. La ración que pedimos de primero fueron unas mollejas guisadas. Hacía mucho que no las comíamos y le verdad es que la elección no pudo ser mejor.

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Mollejas Guisadas

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Nos pusieron una pequeña cazuelita de mollejas, al principio su tamaño nos engañó, pero resultó ser una ración bastante grande. Su sabor era exquisito, uno de los mejores platos de mollejas que hemos probado. Totalmente recomendado.

Después de este espectáculo culinario seguimos con los segundos platos. Yo pedí un lomo de ciervo con pasas, piñones y puerros (y alguna cosa más).

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Lomo de Ciervo

Este plato fue una auténtica maravilla, dudo que se pueda mejorar de alguna manera. El punto de la carne era perfecto para mi gusto y estaba super tierna. El acompañamiento con piñones y pasas era apoteósico. Una carne deliciosa que recordaré siempre.

Ella pidió unas carrilleras, un plato que podemos encontrar en muchos restaurantes. Yo no probé este plato, cuando me quise dar cuenta estaba el plato vacío. Seguro que os imaginareis lo bueno que estaba. Tuvimos que pedir una segunda ración de pan para terminar las salsas.

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Estos dos platos nos dejaron bastante impresionados.

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Carrileras

Después de este festín queríamos seguir en el restaurante, no deseábamos terminar aquella orgía gastronómica y pedimos un par de postres por pura gula.

Ella pidió un semifrío de chocolate blanco y frambuesa. Un postre estupendamente presentado y muy rico.

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Semifrío de chocolate blanco y frambuesa

Yo pedí el cremoso de queso de cabra y pasas al Pedro Ximénez. Otra pequeña maravilla para terminar una excelente comida.

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Cremoso de queso de cabra y pasas al Pedro Ximénez

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Bajo los rimbombantes nombres de los postres se esconden unas pequeñas delicias que vale la pena probar. Vale la pena terminar la comida con uno de ellos.

Atención y Precio

El restaurante estaba totalmente lleno, nos quedó claro que es un sitio con prestigio y que es necesario realizar una reserva. Nos insistieron en la puntualidad, eso nunca ha sido un problema para nosotros, pero está bien saberlo para evitar futuras sorpresas.

La atención fue muy correcta en todo momento. El jefe del comedor nos explicó perfectamente los platos especiales y resolvió las dudas que teníamos.

Para que no parezca que el restaurante es mío, también tengo que comentar un par de detalles que no nos gustaron. Son detalles de escasa importancia, en ningún sitio se logra la perfección absoluta.

En primer lugar no nos gustó que nos retiraran el aperitivo antes de terminarlo, estaba muy bueno y nuestro plan era vaciar ese pequeño bote de paté.

En segundo lugar, tardaron bastante tiempo en cobrarnos la cuenta, y cuando digo bastante no me refiero a 10 minutos, de hecho fue más del doble. No nos importó demasiado ya que no teníamos prisa, pero me parece justo comentar todo aquello que me parece destacable. Además se veía perfectamente que los camareros no paraban de trabajar, era ciertamente comprensible la tardanza.

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En cuanto al precio tengo que decir que algunos platos son un poco caros, pero también son platos de categoría. El lomo de ciervo costó 20€. Sin embargo algunos otros nos parecieron incluso baratos. Las mollejas costaron 16€, recuerdo haberlas pagado más caras. Los postres costaban 6€ o más la mayoría, un poco por encima de la media.

La cuenta final ascendió a 76,90€, algo más de lo que estamos acostumbrados… ¿Habrá una próxima vez? ¿Tu que crees?

La carta de vinos era muy amplia, desde vinos de 12€ hasta un Vega Sicilia de 300€. Nosotros pedimos un Peregrino joven de 12€, me gustan los vinos de mi tierra, y como no me considero un experto, suelo pedir vinos económicos.

Resumen

El Serrano es un restaurante de categoría que vale la pena visitar y hacer el esfuerzo al menos una vez en la vida. A los amantes de la buena cocina no les va a defraudar. Recomiendo encarecidamente realizar una reserva, de lo contrario es muy probable que no haya sitio.

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¿Has visitado ya el Serrano de Astorga? Cuéntame tu experiencia.

 

Situación

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